ODS 17. Impacto social o resultados financieros. ¿Es necesario elegir?

Ramón Baeza, Managing Director & Senior Partner de Boston Consulting Group

12-11-2020



“Crecimiento inclusivo es un crecimiento que no deja a nadie de lado y
crea oportunidades para todos los segmentos de la población”

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En los albores de 2020, la triple sostenibilidad (económica, social, medioambiental) y el impacto social eran una parte ineludible de las agendas de la mayoría de las empresas. Unos meses más tarde, tras la irrupción de la COVID-19, muchas de ellas se ven ante la encrucijada de seguir priorizando dichos objetivos o centrarse en su supervivencia y la conservación de sus resultados. Sin embargo, ¿hay realmente que elegir? 

Una falsa disyuntiva

En BCG creemos que se trata de una falsa disyuntiva y que, si algo ha dejado patente la pandemia, es que el crecimiento inclusivo cobra ahora más relevancia que nunca y que la salida de esta crisis pasa por una recuperación también inclusiva. 

Desde hace años hemos constatado que el éxito empresarial no puede medirse únicamente por los resultados que se generan para los accionistas, sino que se deben incluir en la ecuación el impacto social y medioambiental de la actividad de las empresas. Por ello, en BCG abogamos por el crecimiento inclusivo, que entendemos como el crecimiento económico cuyos beneficios se distribuyen entre la sociedad, que no deja a nadie de lado y crea oportunidades para todos los segmentos de la población. En favor de dicha responsabilidad, velamos por prácticas éticas y por tener presente la inclusividad en todas sus dimensiones (accionistas, empleados, proveedores, clientes y comunidades en las que operamos) y mostramos nuestro compromiso tanto interna como externamente.   

Premisas de una recuperación exitosa

La pandemia de la COVID-19 es sin duda una crisis sanitaria y social sin precedentes, que ha puesto en jaque la vida y el bienestar de la población mundial con más de un millón de muertes y 33,5 millones de infectados a fecha de hoy. Se trata de una crisis humanitaria que, una vez más, se ceba con los más vulnerables y que empujará a entre 70 y 100 millones de personas a la extrema pobreza. 

Los confinamientos y los cierres parciales de los negocios han llevado aparejada una recesión económica con un grave impacto en parámetros tan importantes como el empleo, las últimas estimaciones del FMI prevén una disminución del PIB mundial del 4,9% en 2020; la educación, con el 50% de los estudiantes afectados por el cierre de los colegios; la inseguridad alimentaria aguda que como consecuencia están padeciendo 250 millones de personas, o la economía informal, que ha arrastrado a 650 millones de trabajadores a la pobreza. 

La sociedad necesita más que nunca la colaboración y acciones por parte de todos para proteger la vida y la salud de las personas, mantener la estabilidad social del planeta, gestionar las implicaciones a medio plazo y buscar soluciones sostenibles. Una recuperación exitosa debe ser inclusiva y brindar un mejor futuro para todos, con una sanidad preparada para afrontar futuras pandemias, nuevos modelos de aprendizaje de alto valor, pero de bajo coste, un sistema alimentario más resiliente y una fuerza laboral más diversa y con nuevas habilidades.

Iniciativas para líderes de cada sector

Es imperativo que los líderes del sector privado, público y no-gubernamental tomen medidas concretas y den una respuesta integral para navegar la crisis. BCG, en su propósito de “Apoyar a aquéllos que hacen avanzar el mundo” se ha puesto al servicio de estos líderes proponiendo una serie de iniciativas para cada uno de estos sectores. 

  • El sector privado deberá asegurar la salud de sus empleados, aprovechar las capacidades digitales fomentando el teletrabajo, fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro e invertir en la formación y reubicación de sus empleados comprometiéndose con la diversidad y la equidad. 
  • El sector público, por su parte, deberá priorizar la protección de sus ciudadanos, impulsar los servicios públicos, asegurar garantías sociales y financieras y formular paquetes de estímulos para favorecer la formación en nuevas áreas, programas de empleo y apoyo al pequeño comercio. 
  • Por último, el tercer sector, debe proveer financiación que atraiga y catalice las inversiones del sector privado, así como innovar en nuevos modelos para poder llegar a los más vulnerables junto con los sectores público y privado. 

Creemos que las situaciones difíciles traen consigo una oportunidad. Lejos de posponer nuestro compromiso con la triple sostenibilidad y el impacto social, apostamos por reforzarlo garantizando una recuperación que permita continuar con el crecimiento inclusivo. Estamos firmemente convencidos de que la respuesta que demos hoy puede acelerar nuestro avance hacia un futuro mejor y más sostenible para todos.